DERECHA Y OPORTUNISMO VAN DE LA MANO


“Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión, hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles y aún dentro de los mismos; atacarlo donde quiera que se encuentre, crear dos, tres muchos Vietnam”

CHE


Lo que sucede en el Ecuador hoy puede tener varias lecturas: una de ellas la que proviene de quienes ocupan el vértice más alto de la pirámide de exclusión, es decir de aquellos que son pocos pero que se apropian violentamente del ingreso generado por la mayoría que ocupa la parte inferior de esta pirámide y a la cual esta negada el acceso a los más elementales recursos para subsistir.

Menos del 12% de la población se lleva más del 86% del total de los ingresos.

La lectura de este sector minoritario, va evidentemente en la vía de defender la actual forma de relaciones de producción, de defender la propiedad privada, el neoliberalismo como forma del capitalismo en el Ecuador; son alrededor de 177 años donde la oligarquía terrateniente, los hacendados, la burguesía bancaria y comercial, los capitalistas en resumen han estado en el poder y eso no ha cambiado hoy. Los grupos económicos Eljuri, Durán Ballén, Febres Cordero, Isaías, Noboa Pontón, Romero Carbo, Wong, Paz, Uribe, Wright, Egas, Patiño son parte del poder capitalista que regenta nuestro territorio.

Lectura vieja pero real, donde la exclusión es parte de la norma del diario convivir, exclusión económica, social, política, cultural.

Esta situación se produce en un clima donde la geopolítica de América Latina ha tenido una gran dinámica en los últimos tiempos, y donde Washington enfrenta una importante resistencia política, que una y otra vez producto de la movilización popular han impedido o retrasan la aplicación de políticas capitalistas,

En el caso del Ecuador, no debemos olvidar que como resultado de la acción de los pueblos del Ecuador, su lucha, unidad y organización, la denominada modernización neoliberal, no se ha podido aplicar en su total magnitud y que las diversas políticas en ese sentido ley de modernización, ley trole I y II, impulsadas a través del CONAM han fracasado producto de esta resistencia y como parte mismo de la crisis del sistema capitalista.

A ello debemos sumar el fracaso del sistema político tradicional y sus partidos, cuyos representantes han caído en un profundo desprestigio, que el pueblo numerosas veces lo ha expresado con la revocatoria del mandato de tres presidentes y el permanente cerco y movilización contra la institucionalidad burguesa. Es decir como lo señalará Lenin, “los de arriba no pueden seguir gobernando como antes y los de abajo no quieren seguir viviendo como antes”.

No podemos perdernos, nuestro principal enemigo continúa siendo el imperialismo y la burguesía proimperialista, dentro de ello debemos desenmascarar con fuerza el papel que vienen jugando los distintos medios de comunicación de los grupos de poder, que en orquestada campaña, preparan el camino para un gobierno que defienda abiertamente los intereses de sus grupos y sea marcadamente represivo.

No debemos caer en el error de hacer el juego a uno de los grupos económicos, que en su confrontación y disputa por el control de esferas gubernamentales, se pelea con un medio de comunicación, pues bien sabemos que un buen porcentaje, por no decir casi la totalidad de los medios escritos, televisivos y radiales están vinculados a las esferas de poder y responden a sus intereses; teleamazonas y en particular su noticiero a tomado la batuta en este sentido, medio de comunicación propiedad del grupo de Fidel Egas, dueño de la tarjeta Diners Club, principal accionista del Banco del Pichincha con vínculos financieros en Perú y Colombia.

El Comercio y El Hoy propiedad de los Mantilla, ECUAVISA de los Alvarado Roca, el Universo, Telecentro y Gamavisión vinculado al grupo Isaías y el populismo roldosista, solo para citar los medios de cobertura nacional, amén de los medios locales y sus relaciones con los cacicazgos locales.

Mal entonces estos medios de comunicación pueden siquiera informar cualquier propuesta de cambio que atente a los intereses de sus dueños, su papel es el de defender un sistema donde la apropiación es cada vez más privada y el trabajo cada vez más social, su papel es desinformar, proclamar su verdad sacrosanta en defensa de la propiedad privada. Entonces no hay por que asustarse que quieran vincular todo con el comunismo internacional, con el terrorismo como ellos llaman a toda lucha popular, descalificar la lucha armada de nuestros pueblos, lo erróneo es caer en su juego.

No se requiere mucha ciencia para evidenciar que los medios de comunicación no desean que sus destinatarios estén informados, son ellos quienes se han abrogado el papel de mediatizar las noticias, presentan su interpretación de lo hechos y lo convierten en verdad absoluta e inamovible.

Por ello, hoy que el pueblo articula y presiona cambios profundos y estructurales estos mal llamados medios de comunicación, las denominadas cámaras, voceros del capital transnacional y la burguesía orquestan una campaña, para no perder prebendas y el control del Estado.

Por ello como ya lo decíamos, el imperialismo, la burguesía, sus voceros, su sistema es nuestro principal enemigo y el objetivo a golpear por parte de los pueblos del Ecuador. Todas las formas de lucha son válidas en ese camino, toda la unidad, toda la organización, toda la acción por la revolución.

Una segunda lectura de la realidad ecuatoriana deviene de quienes por estas tierras hablan de un gobierno de “izquierda”, de una “revolución ciudadana” (pacífica por demás), “una golondrina no hace verano”, y el que haya algunos izquierdistas, un discurso, algunas acciones y cierta simbólica no hacen revolución, las buenas intenciones no pueden definir ni caracterizar ideológicamente un proceso.

Esta mezcolanza de sectores en el gobierno, no en el poder del Estado, asignan una particular coyuntura, no fácil por cierto, donde se hace necesario actuar con suma firmeza ideológica, contundencia de acción, unidad en la diversidad. Pues Nuestro análisis no puede ser simplista y oportunista como lo ha hecho un sector de la izquierda tradicional y electorera, inclusive ciertos personajes que con el discurso de la lucha armada se han insertado en la fiesta de la socialbacaneria.

Muy a la moda el discurso de ciudadanía pretende imponerse como categoría suprema de análisis y relación social, y se pretende ubicar a los y las ecuatorianos en esa categoría, borrando de un solo plumazo las diferencias de clase. Pero este concepto tiene un profundo contenido ideológico de conciliación de clases, de pacifismo como forma de desarmar a los pueblos en su camino de de alcanzar la liberación.

La sola retórica y el discurso no hacen cambios, por ello los y las ecuatorianas mantenemos y mantendremos la movilización; los problemas de los pueblos del Ecuador siguen al orden del día, problemas que tienen que ver con empleo, costo de la vida, salubridad, educación, tierra y territorios para los pueblos indígenas y afroecuatorianos.

En ese marco se llega a la Asamblea Constituye, que por cierto vale aclarar no es logro solo del actual gobierno, como se lo pretende hacer ver, es el resultado de un proceso que viene siendo trabajado desde años atrás. Y que además por si sola no podrá convertirse en cambio estructural, si la estructura económica no es revolucionada, socializando los medios de producción, entregando la tierra a quien la trabaja, repartiendo la riqueza para la mayoría de ecuatorianas y ecuatorianos.

Apostarle solo a la Asamblea sería un error, pues a pesar de los cantos de sirena, en el seno de la misma, la correlación a favor de los pueblos del Ecuador no es la mejor, pues más de un asambleísta hace parte del sistema político tradicional y responde a sus intereses. Entonces, a organizarnos y prepararnos para la lucha, por que esto esta empezando, y solo la constitución no es revolución, y si queremos transformación, esta tiene que hacerla el pueblo y no 130 delegados.

En ese caminar la organización de los y las ecuatorianas, la unidad y el combate son la realidad que tenemos que jalonar como parte del proyecto de construcción del poder popular. Pues es claro que no se puede desmontar el proyecto estratégico de liberación.

De nuestra parte, el paciente y silencioso andar por trochas y calles, cargados de sueños, alegrías, empuñando con conciencia los viejos fierros, llenos de dignidad, legados por nuestros pueblos continuará firme y sin desviaciones, por que si bien sabemos que en el combate por la libertad todas las formas de lucha son válidas, convencidos y seguros estamos que el camino de la lucha armada y la guerra popular revolucionaria, es el que garantizará transformaciones profundas a la sociedad ecuatoriana.

La voz de orden es forjar organización, unidad y acción; de manera disciplinada y creativa fortalecer los proyectos y líneas trazadas.


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