CENIZA QUE AUN TIENE FUEGO….



HUELLA DE UN IRREVERANTE INDI@


Es paradójico que ningún texto de historia, ni los intelectuales y peor la academia evidencie los hechos históricos protagonizados por los pueblos originarios, los afrodescendientes y los mismos mestizos de los sectores populares, la historiografía oficial esta llena de actos heroicos, casi míticos muchos de ellos, ejecutados por las elites dominantes en las distintas etapas históricas.

Pero en boca de los pueblos esta presente el fuego guerrero, la revelación que provocaron un sinnúmero de “indios”, afrodescendientes, mestizos que nunca estaban ni están conformes con la explotación, la discriminación, la violación de sus mujeres y la muerte de sus hijos.

La conciencia histórica NO es recordar hechos que para las elites son los únicos y exclusivos, para recuperar nuestra memoria histórica, debemos ante todo ver a nuestros abuelos, a los “indios” que nos legaron aquel espíritu deintranquilidad, de insurgencia y de revolución radical.

Desde Canoabo hasta Daquilema, todos los guerreros insurgentes nos incitan a no bajar la cabeza y caminar bajo doctrinas alienantes, a la voz del tambor y la bocina nos llaman a insurgir y rebelarnos, a recuperar los saberes y convertirlos en base de una nueva vida con justicia e igualdad.

CAONABO

1495 Hace dos años, cuando Cristóbal Colón llegó a esta isla que nombró Española, se llamaba Borinquen y estaba gobernada por cinco caciques….Cinco jefes de alma tranquila y poca guerra….Sin embargo el camino de las semanas fue cambiando las miradas. Y fue llegando la realidad…Y vino el tiempo en que Colón debió retornar a España para contar su “descubrimiento”. Y llegó la hora en que cinco europeos secuestraron dos mujeres indígenas y las violaron…Y se acercó el minuto en que mataron un puñado de nativos por el placer de matarlos… Y el adelantado Colón sonrió y dijo “servirá para que nuestros hombres sean respetados. Hay que poner temores en esta tierra y mostrar que los cristianos somos poderosos para ofenderlos y dañarlos”·

Los árboles se estremecen, coros-coros y pitirris nostalgian la selva y el indio comienza a rebelarse. Guanacagarí el traidor, amigo de Colón, le sigue siendo fiel junto a su tribu. Los otros caciques rompen la amistad. Desde España el almirante dice y ordena “sobrecargar los navíos de esclavos”, para venderlos en Madrid. Cuando regresa a Borinquen se sumerge en la fiebre del oro. “Hay que mostrar a los reyes que los gastos del viaje no fueron inútiles”, dice.

El Cibao, dominio del cacique Canoabo, posee las minas más ricas…Todos los vecinos de la zona, mayores de catorce años, entregarán cada tres meses cierta cantidad de oro a los españoles. Los que viven lejos deben dar una arroba de algodón por persona. Para que nadie se escape del tributo, Colón ordena que cada indio lleve colgado en su cuello una moneda de cobre a la que se hará una muesca especial por cada pago.

Cierto día Canoabo ve entrar en sus tierras un grupo de soldados del Fuerte Navidad…Con sus hombres los ataca y les da muerte. Luego se dirige a la fortaleza y el fuego se hace presente en el horizonte. “Pagan por sus culpas y malas obras”, dice el cacique a su gente, señalando las llamas. Colón hace construir otro fuerte, en la propia región del Cibao. Caonabo lo sitia durante treinta días….Luego debe retirarse: sus fuerzas no alcanzan para vencer al invasor. Solo habría una posibilidad: la confederación de caciques. “Unámonos todos los pueblos”, dice el jefe indígena. Levanta su tribu en armas y conversa con otros jefes. Todos están de acuerdo, el traidor Guanacagarí, no. Las bajas europeas comienzan a asomarse…Convencido de que sería vencer, Alonso de Ojeda, lugarteniente del genovés, se presenta en la aldea de Canoabo….Besa sus manos y dice: “traigo un obsequio del almirante”. Luego muestra unas esposas de latón. Metal admirado por los indios. “solo los reyes de Castilla en sus fiestas utilizan este adorno. Debe colocarse junto al río”, dice. Creyendo la palabra del enemigo, Caonabo monta en la garupa del caballo de Ojeda y parte rumbo al río. Al colocarse las esposas parte rumbo a la prisión….Colón decide exhibirlo frente a la puerta de su casa…Allí estuvo Caonabo esposado, sin hablar ni mirar al genovés. Sin embargo, cuando pasa Ojeda lo saluda. “el almirante no tuvo el valor de ir a prenderme y Ojeda sí, por eso lo respeto”, dice a quien le pregunta…El pueblo del Cibao comienza a preparar la liberación. Colón se preocupa y decide enviarlo a Castilla…Durante el viaje, la furia de los mares destruye el barco…Canoabo, primer jefe de la resistencia indígena, encadenado a un mástil, muere ahogado….

La confederación indígena se afianza años después…Anacaona, la bella mujer de Canoabo lidera la región Xaragua….El hermano del jefe asume el Cibao….La resistencia dura años, pero finalmente es derrotada. El hermano es preso. Anacaona muere quemada frente a su caney …Algunos caciques sobrevivientes deciden retirarse a las montañas….Las rebeliones no pasarán…El Cacique Guarionex se levanta junto a otros jefes….Estará preso tres años en el Fuerte de la Concepción, luego será desterrado y morirá en el viaje. Su hermano Mayobanex estará en prisión hasta que la vida decida olvidarlo….

(En base a un texto de Kinto Lucas)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo una observacion: la Isla llamada por Cristobal Colon como La Espanola era llamada por los tainos Quisqueya y no Borinque siuendo este ultimo el nombre de la isla de la actual Puerto Rico.

Gracias.